Si por casualidad estás leyendo este blog, te animo a enviarme tu propia crítica o a opinar en cualquiera de las entradas. Es lo que ha hecho mi amigo Miguel - ¡¡¡primera colaboración!!! -, y me ha enviado un texto sobre una de sus versiones favoritas. Será la primera - y seguro que no última - entrada sobre los Beatles. Yo soy bastante radical en el tema Beatles: son tan grandes que es lógico que sean los más versionados de la historia, pero de ahí a que alguna de las versiones pueda siquiera compararse... ejem, veremos si alguien me convence. De todas maneras me comprometo a buscar más ejemplos que estén cerca de conseguirlo, tal y como dice Miguel respecto al que nos comenta:
De todos los artistas que interpretan versiones de esta canción, ma parece que Judy Collins es la que mejor se ajusta a sí misma (condición fundamental para un artista) al versionar In My Life. Aún siendo cierto que la canción es una versión y no ha brotado íntegramente de su imaginación, sigue siendo arte propio de Judy: ha interpretado muy bien un espíritu de fondo encerrado en la canción original (por cierto, es más fácil de captar este espíritu cuando la canción está tan inspirada; no en vano está considerada una de las 100 mejores canciones de todos los tiempos), y, vistiéndola con su propio estilo acústico y con su profunda voz, le ha dado una nota nueva que a veces me sorprende e incluso me espeluzna.
Sobre el resto de versiones que he oído: mientras siento que, unos más, y otros menos, captan la inspiración de la canción original, no puedo evitar de repente, sentir “notas de disonancia”, que por momentos canibalizan, con sus rasgos propios de cada artista, la canción: se la comen literalmente para dejar entrever esos rasgos egoístas. Esto es típico de malos intérpretes de versiones ajenas. Para no adulterar el arte en versiones, creo que, o haces
Sobre el resto de versiones que he oído: mientras siento que, unos más, y otros menos, captan la inspiración de la canción original, no puedo evitar de repente, sentir “notas de disonancia”, que por momentos canibalizan, con sus rasgos propios de cada artista, la canción: se la comen literalmente para dejar entrever esos rasgos egoístas. Esto es típico de malos intérpretes de versiones ajenas. Para no adulterar el arte en versiones, creo que, o haces
hiperrealismo, o impresionismo, o algún otro tipo de continente que sirva de vehículo a la idea inspiradora, a lo que en su día entendió y expresó el artista original, o, si no,
simplemente, mejor lees las partituras y te inventas el performance, como ocurre con los
artistas que en Operación Triunfo muestran sus dotes para el canto y el baile. Pero si se quiere
superar a la versión original – y Judy casi lo consigue - nunca se podrá hacer con notas
particulares de “ego artístico”, si no sirven siempre como vehículo, si no son un continente,
sino que se convierten en un contenido en forma de diálogo, por cierto, de besugos, sin
posible entendimiento, entre la idea inspiradora del artista versionado y la del artista versionador. La unidad entre cuerpo y alma es lo que define una obra de arte, es su esencia, y por eso no debe haber "falsos diálogos" por un alma entendida intermitentemente, distraída por su propia necesidad de demostrarse a sí mismo que le cuerpo que da forma a la obra versionada es el suyo propio. Por eso es muy frecuente que, cuanto más se intente superar a la versión original, más se fracase en el intento - si la canción original es de cierta calidad -. La envidia en el arte, como en la vida, es contraproducente. Y sólo la naturalidad, en estos casos, puede coger una gran idea y transformarla en algo nuevo o aún mejor. Sin ningún tipo de complejo de inferioridad; sin destruir el alma de la obra al sujetarla entre las manos para analizar, a toda costa, cómo superarla.
Miguel P.
Versión. Judy Collins (1966).
Original. The Beatles (1965).
...y en la versión de Aquellos Maravillosos Años:
Y reedito la entrada porque me apuntan que existe una versión "no oficial" de esta canción por una banda americana de los 60s, The Gants, que por cierto no conocía y me encanta!! Gracias Chicho! :))
Parecido razonable. I Wonder, The Gants (1967)
Parecido razonable. I Wonder, The Gants (1967)
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