Hay canciones que son tan especiales y tienen tanto significado o traen tantos recuerdos que intentas escucharlas poco para no quemarlas. A veces no puedes evitar que las queme la radio por tí y te molesta cuando las pinchan. Creep es una de ellas. Y es que hay canciones que no deberían sonar, o mejor dicho, sólo deberían sonar cuando estas preparado para escucharlas.
Es curioso porque en la radio británica pensaron algo parecido cuando se lanzó la canción en el 92 como single de Pablo Honey: la retiraron por demasiado depresiva. Así que pasó desapercibida, y no volvió a sonar allí hasta un año después cuando se relanzó movida por el éxito que había tenido primero en Israel y luego en otros países (España entre ellos) antes incluso que en EEUU .
Los mismos Radiohead se rebelaron contra ella al inicio (esos estallidos de guitarra que suenan antes del estribillo fueron un intento de sabotaje del guitarrista por lo lenta que era) y más tarde también, dejando de tocarla en sus conciertos, no sólo por la chamusquina del éxito sino también porque evolucionaron a otro estilo más experimental y menos grunge donde Creep ya no encajaba muy bien. A mí también me cuesta escucharla tras cualquiera de OK Computer o Kid A: no pega.
Yo nunca había reparado en el parecido con la canción The Air That I Breathe, de The Hollies, pero es tan obvio que Tom Yorke lo admitió e incluyó a sus compositores (Albert Hammond uno de ellos) en los créditos. En cualquier caso, para mí esto no es más que una anécdota y no baja a Creep del pedestal en el que está.
Parecido razonable. Creep, Radiohead (1992)
Original. The Air That I Breathe, The Hollies (1974)
De Creep hay una buena versión acústica del irlandés Damien Rice, aunque no aporta demasiado, de no ser porque la suele unir a su fantástica The Blower´s Daughter en los directos, con un resultado muy chulo. En este video la imagen está fatal, pero el audio se salva (Creep en el minuto 4 aprox):