En Spotify no sabes cómo pero vas saltando de una música a otra hasta que sin querer das por ejemplo con James Blake y te enganchas. Blake es un cantautor londinense que hace una especie de soul electrónico. De momento solo tiene un disco (24 añitos sólo) pero ya es bastante conocido: fue "descubierto" por la BBC en 2010 y ha recibido buenas críticas e incluso una nominación a los BRITs. Su música es inquietante, hipnótica y también rallante.
El primer single de su álbum, Limit to Your Love, resulta ser una versión (aunque el resto de temas son originales y muy interesantes). La autora es Feist, una cantautora (pop, indie, folk) canadiense que después de muchas andaduras y colaboraciones con otros músicos (Jose González -que abrió este blog-, Kings of Convenience, ...) se hizo famosa porque un tema suyo, 1234, se utilizó en un anuncio de Apple. En España recuerdo que algunos la conocimos gracias a otro spot (no se si molaba más el tema Mushaboom o la sonrisa del modelo, en fin...). Conocí primero la versión de Blake y quizá por eso es mi favorita frente a la original, aunque ambas merecen la pena. Feist tiene una voz preciosa, mientras que Blake añade una atmósfera muy especial. Ese bajo tan intenso que produce ondas en el agua (0:55) merece una buena subida de volumen.
Entre las muchas polémicas que desató la banda Oasis en los 90 estuvo la de ser tildados de plagiadores. Ellos nunca tuvieron problema en reconocer sus referencias (Beatles, Stones, Smiths...), pero en algún caso parece que llegaron más lejos, como ocurre con la famosísima Whatever. Neil Innes, compositor británico conocido sobre todo por colaborar con los Monty Python, les demandó por el parecido con su canción How Sweet To Be An Idiot, y no cabe mucha duda de la similitud, así que ahora Innes aparece en los créditos de Whatever junto a Noel Gallagher.
Este y otros homenajes que aparecen en la música de Oasis hacen que tengan detractores, aunque yo estoy entre los que esto no les parece algo importante. Tampoco creo que sea necesario pedirle a una banda de los 90 absoluta innovación en cuanto a composiciones, cuando está todo ya tan mascado y trillado. Es más, veo un logro que supieran usar esas referencias sin perder autenticidad y logrando un sonido propio. Por ejemplo, que Don't Look Back In Anger comience con los acordes de Imagine de John Lennon no engaña a nadie siendo tan obvio, y en cambio es un guiño chulo.
De todas maneras, los hermanos Gallagher tampoco necesitaban defensa alguna:
I'm free to be whatever I
Whatever I choose
And I'll sing the blues if I want
Pues eso.
Parecido razonable. Whatever, Oasis (1994)
Original. How Sweet To Be An Idiot, Neil Innes (1973). (Atención al sombrero-patito).
Curiosamente Neil Innes a su vez comparte créditos de canciones con los Beatles ya que durante los 70s en el grupo The Rutles se dedicaba a parodiar sus temas, en el más puro estilo humor británico. Y si, también How Sweet To Be An Idiot suena mucho a Beatles, así que al final todo vuelve al origen.
Por cierto, Oasis en directo solían interpretar Whatever haciendo un pequeño mashup con el estribillo de All The Young Dudes, de Mott The Hoople, del que ya hablé en el blog hace unas semanas. Y en otras ocasiones con el Octopus Garden de los Beatles, y cantada por Noel en lugar de Liam, como en este caso (3:55):
El viernes fui a ver a Leonard Cohen en el Palacio de los Deportes. Nunca le había visto en directo y esta vez pensé que tenía que aprovechar porque quien sabe si no sería la última. El mismo lo dijo al empezar el concierto: No sé cuándo nos volveremos a ver, pero podéis estar seguros de que nosotros vamos a dar todo lo que tenemos. Y vaya si lo dio: 4 horas de concierto (por cierto las 4 horas de pie o arrodillado, sin descanso, ¡a sus 78 años!), con su traje y su sombrero gris (y toda la banda uniformada de la misma manera), dando una lección de clase, elegancia y música de la de verdad. Su voz, tan profunda que parece que reza más que cantar, perfecta durante las 4 horas y sonando mucho más grave que en cualquier grabación. Además acompañado de buenísimos músicos como Javier Mas en la guitarra. Y las chicas, las Webb Sisters, para mi gusto algo cursis pero cantando como ángeles y Sharon Robinson, perfecta. Admito que la primera parte del concierto resultó algo pesada, pero en global fue muy emocionante, sobre todo la última hora, en la que se sucedieron un clásico tras otro. Por cierto, acabó con una versión: Save The last Dance For Me, de The Drifters. Y antes de esta arrancó carcajadas, irónico, con I tried to leave you (la ironía tiene sentido tras tres horas largas de concierto y habiendose despedido ya 3 veces del público):
I tried to leave you, I don't deny(...) Goodnight, my darling, I hope you're satisfied(...) And here's a man still working for your smile
Me gusta Leonard Cohen desde que salió su disco I'm Your Man y mis padres lo compraron. Era 1988, yo era una enana y toda la familia nos hicimos fans de aquella actuación mítica de First We Take Manhattan en la tele: él sentado en una mesa, inmóvil y mirando impertérrito a cámara, con dos cantantes a ambos lados siguiendo el ritmo (solo he encontrado el vídeo de la tv alemana pero el de aquí era similar). Yo lo tenía claro: de mayor quería ser corista de Cohen :).
Luego fui conociendo sus canciones anteriores (Famous Blue Raincoat, Suzzane, So Long, Marianne, Chelsea Hotel, Who By Fire...) y prestando cada vez más atención a las letras y a su dimensión como poeta.
Después de esto se entenderá que piense que versionar a Cohen es una especie de sacrilegio, y eso que lo ha sido infinitas veces. Supongo que antes que cantante, es escritor, compositor y poeta y por tanto es lógico que sus canciones las interpreten otros con frecuencia. He elegido dos versiones que para mí pasan el corte:
La primera, Dance Me To The End Of Love (por cierto es con la que abrió el viernes el concierto), de Madeleine Peyroux. Peyroux es una cantante de jazz con una voz que recuerda mucho a Billie Holiday. Di con esta versión de forma casual y me encantó.
Versión. Dance Me To The End Of Love, Madeleine Peyroux (2004)
Original. Dance Me To The End Of Love, Leonard Cohen (1984)
La segunda, If It Be Your Will, de Antony (de Antony & The Johnsons), un cantante con una voz y una sensibilidad fuera de lo común. La versión forma parte de un documental sobre Cohen. Versión.If it Be Your Will,Antony Hegarty (2008)
Original.If It Be Your Will, Leonard Cohen (1985), aquí con las Webb Sisters en directo (2009)